1. Boing Boom Tschak (2:57)
2. Techno Pop (7:42)
3. Musique Non-Stop (5:45)
4. The Telephone Call (8:03)
5. Sex Object (6:51)
6. Electric Café (4:20)
No sé cómo me había olvidado de este disco, y me he puesto con él tan pronto como he notado su ausencia. El caso es que ni siquiera lo había escuchado antes del momento de plantearme su análisis (aunque relativamente admirador, nunca he sido fan de Kraftwerk), y notaba que me faltaba un eslabón en la cadena que iba desde Computer World (1981) y obras posteriores como Tour de France Soundtracks (2003), si ignoramos The Mix (1990) al tratarse de un disco -en el mejor de los sentidos- de refritos. Me faltaba la pieza entre aquellos sonidos divertidos, cálidos dentro de su carácter computerizado, y ese clima bastante más gélido al que llegó después el grupo. Electric Café (1986) es la respuesta.
Diseño para el interior del CD.
El caso es que todo presagiaba lo contrario, porque Computer World (Computerwelt) había sido un gran éxito y el público masivo esperaba un nuevo golpe de mano de Kraftwerk como abanderados del pop electrónico en su época de auge ochentero. En lugar de eso, se pasaron varios años encerrados en su estudio de Dusseldorf, aumentando las expectativas de sus seguidores, que esperaban algo grande, y -supongo- cebando las críticas de sus detractores al estar tardando demasiado e intuirse un fin de la inspiración. Mientras se estrujaban los sesos, en 1983 publicaron el tema Tour de France a modo de adelanto del disco, aunque con la salida de Electric Café se quedó como un single aislado, precedente lejano del álbum de 2006.
El single Tour de France.
El caso es que Electric Café, cuyo título había sido durante mucho tiempo Techno Pop (y antes Technicolor), resultó una relativa decepción -y lo sigue siendo parcialmente ahora, según te pille el día- al tener un carácter bastante frío, tan clínico que parece faltarle vivacidad. Careció, además, de algún single de peso que lo hiciese sonar con fuerza en los medios, ya que los elegidos Musique Non-Stop y The Telephone Call, no tenían el carisma suficiente pese a no estar alejados del sonido Kraftwerk de costumbre. Tal vez habría funcionado mejor la inclusión de Tour de France en el álbum, pero por algún motivo se decidió dejarlo fuera.
¿Puede ser el de Electric Café un problema de asunción de escasos riesgos? En parte es posible que sí, pero se fueron a juntar otras tantas circunstancias que merecen ser tenidas en cuenta. Está la ya mencionada frialdad del sonido del álbum, que por un lado hace difícil encontrar en él el carácter juguetón, el espíritu de fantasía retro que había en sus predecesores; y está también el hecho bastante comprobable de que en aquel 1986 la música realizada con sintetizadores se había dividido en varias vertientes principales en las que estos Kraftwerk no casaban bien. Ni se movían en el mundillo melífluo e hipermelódico del pop electrónico británico tipo new wave, ni realizaban un tipo de música espectacular y colorista como la del entonces pletórico Jean Michel Jarre, ni estaban en una línea más o menos new age como la que otros popes del krautrock (pongamos Tangerine Dream) estaban adoptando progresivamente. Fuera de su propio fandom, quizá fue difícil vender bien el disco a su salida, y eso que hasta se preocuparon de lanzar versiones en distintos idiomas, el español entre ellos.
El caso es que Ralf Hutter, Florian Schneider y Karl Bartos sí que se esforzaron en incorporar a su estudio Kling Klang la más avanzada tecnología del momento, y se logró una calidad de sonido impecable que, a la larga, sí que convirtió Electric Café en un álbum influyente y reivindicado con todo derecho. No es mi favorito, pero sigue siendo un trabajo imprescindible.
Los singles Musique Non-Stop y The Telephone Call.
¿Puede ser el de Electric Café un problema de asunción de escasos riesgos? En parte es posible que sí, pero se fueron a juntar otras tantas circunstancias que merecen ser tenidas en cuenta. Está la ya mencionada frialdad del sonido del álbum, que por un lado hace difícil encontrar en él el carácter juguetón, el espíritu de fantasía retro que había en sus predecesores; y está también el hecho bastante comprobable de que en aquel 1986 la música realizada con sintetizadores se había dividido en varias vertientes principales en las que estos Kraftwerk no casaban bien. Ni se movían en el mundillo melífluo e hipermelódico del pop electrónico británico tipo new wave, ni realizaban un tipo de música espectacular y colorista como la del entonces pletórico Jean Michel Jarre, ni estaban en una línea más o menos new age como la que otros popes del krautrock (pongamos Tangerine Dream) estaban adoptando progresivamente. Fuera de su propio fandom, quizá fue difícil vender bien el disco a su salida, y eso que hasta se preocuparon de lanzar versiones en distintos idiomas, el español entre ellos.
Trasera del CD en su reedición con el nombre de Techno Pop.
El caso es que Ralf Hutter, Florian Schneider y Karl Bartos sí que se esforzaron en incorporar a su estudio Kling Klang la más avanzada tecnología del momento, y se logró una calidad de sonido impecable que, a la larga, sí que convirtió Electric Café en un álbum influyente y reivindicado con todo derecho. No es mi favorito, pero sigue siendo un trabajo imprescindible.
Musique Non-Stop
The Telephone Call
Para mí, el single "Musique non-stop" significó el comienzo: cuando vi el videoclip en el maravilloso "Tocata" de la por aquel entonces única televisión, la pública, quedé en estado de "shock", no había visto nada igual, ni oído nada igual, por supuesto.
ResponderEliminarCreo que no era consciente entonces, pero estoy convencido de que mis futuros gustos musicales se basan en aquel hecho, en ese momento, y en esta música. Tampoco imaginaba que el videoclip, con su avanzadísimo sistema de computerización de imágenes (para el momento, claro) y su estética pro-digital, se convertirían al final en una especie de guía a la hora de enfocar mi futuro; ni que muchos años después yo mismo poseería un sintetizador.
Pero centrándonos en la música, creo que todo el disco, que sólo pude escuchar pasados bastantes años, es, como bien dices, un imprescindible en la historia de esta banda fundamental. Puede que sí, que adolezca de frialdad, pero me parece que esa fue la intención, que el álbum es, ante todo, un estudio del ritmo, usando de todo para construirlos, desde las propias cajas hasta sampleados de voz y de sonidos diversos. Lo que destaco, por encima de todo, es su exquisita producción. Es del año 1986 y aún hoy se hacen cosas que ni de lejos llegan a su nivel.
Por ello, una vez más, gracias por rescatar y destacar este clásico, tan significativo para mí. Un abrazo, Conde
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ResponderEliminarWolfgang Flur, batería del grupo en sus años dorados, cuenta en su libro "I was a robot" que este disco estaba prácticamente terminado en 1983, y que para ese año era muy avanzado. Recordemos que Depeche Mode aún no se había puesto con el sampling a tope (bueno, mejor dicho Alan Wilder, los demás miembros no sabían ni encender los teclados), y el disco de Kratfwerk se hubiera adelantado un año a álbumes como "Some Great Reward" (Depeche Mode), "Zoolook" (Jarre) o "Who's Afraid of the Art of Noise?" (Art of Noise).
ResponderEliminarPero el líder-padrino-mafioso de Kratfwerk, Ralf Hutter, se pasaba más tiempo encima de la bicicleta que en el Kling Klang Studio. De esa afición viene que sacara el single "Tour de France". Wolfgang Flur cuenta que era desesperante lo lento que avanzaba el disco. Y en éstas el bueno de Ralf tiene un gravísimo accidente de bici, llegando a entrar en coma, y pasa más de un año hasta que se recupera. Y si las cosas iban lentas antes del accidente, pues imaginaos después. Todo se ralentizó aún más, y por eso hasta 1986 no sacan el disco.
En aquel momento el batería estaba más fuera que dentro del grupo, y la publicación del disco fue una especie de canto del cisne para el cuarteto. Pasarían unos años hasta que regrabaran sus temas más emblemáticos en "The Mix", con posterior gira mundial y con Flur sustituido por Fernando Abrantes, que con ese nombre evidentemente no era alemán sino portugués.
Por si no lo habeis notado yo sí soy fan de Kratfwerk, y a pesar de eso coincido en que este disco baja el nivel respecto a los de su época dorada, la que va desde "Autobahn" hasta "Computer World".
download que é bom nada...
ResponderEliminarEstá claro que este "canto de cisne" no fue lo mejor de los alemanes; no obstante, aunque se hicieron prodigar, no fue tan desastroso como muchos opinan. El problema es que pasaron cinco años desde su anterior trabajo y las expectativas estaban en rozando la estratosfera. Otro problema intrínseco de nuestros queridos Kraftwerk es que tienen un estilo único. Eso en sí mismo es un arma de doble filo. Por otro lado, al hilo de lo que comentas Conde en tu gran reseña ¿deben los músicos hacer la música que a ellos realmente les gusta o deben contentar a las masas? Creo que los alemanes debieron de comerse mucho el coco con esto.
ResponderEliminarPor cierto, en los 90 cuando me compré el CD original se titulaba "Electric Café", cuando se remasterizó en 2009, cambió su nombre a "Techno Pop" y dividieron el tema "The Telephone Call" en dos.