miércoles, 13 de noviembre de 2013

John Williams - SCHINDLER'S LIST


1. Theme From Schindler's List (4:14)
2. Jewish Town (Krakow Ghetto - Winter '41) (4:38)
3. Immolation (With Our Lives, We Give Life) (4:43)
4. Remembrances (4:19)
5. Schindler's Workforce (10:36)
6. OYF'N Pripetshok and Nacht Aktion (3:51)
7. I Could Have Done More (5:52)
8. Auschwitz-Birkenau (3:41)
9. Stolen Memories (4:17)
10. Making the List (5:06)
11. Give Me Your Names (4:56)
12. Yeroushalaim Chel Zahav (Jerusalem of Gold) (2:14)
13. Remembrances (with Itzhak Perlman) (5:16)
14. Theme From Schindler's List (Reprise) (3:57)

Sabía que este año me quedaba alguna banda sonora clásica por comentar, alguna que estuviese de aniversario, y han las noticias de la televisión las que me han refrescado la memoria. El pasado lunes se conmemoró (decir "celebrar" sería equivocarse) el 75 aniversario de la conocida como Noche de los cristales rotos, primer incidente notorio de la escalada de violencia antisemita por parte del gobierno nazi, que desembocaría, como todos deberíamos saber, en las monstruosidades cometidas en los campos de exterminio.

Hace veinte años, en 1993, Steven Spielberg estrenó la que iba a convertirse en una de sus obras cinematográficas más recordadas: La lista de Schindler. Hasta entonces maltratado por las entregas de premios de la industria, Spielberg necesitaba rodar una película que, sin dejar de contener algunas de sus genuinas marcas de fábrica, supusiese claramente una diferencia respecto a sus ya entonces míticas incursiones en los géneros de ciencia-ficción y aventuras. Su visión del Holocausto no solamente supuso la más célebre aproximación realizada hasta entonces a la barbarie genocida del nazismo desde el cine, sino que ha terminado por convertirse en algo así como la "película oficial" sobre aquel episodio histórico de cara al inconsciente colectivo, primero por la enorme calidad de la película y su capacidad de empatizar con el espectador en referencia a lo que se vivió entonces; y segundo, porque el propio director asumió esta responsabilidad como propia (como judío y como hijo de una superviviente de Auschwitz-Birkenau), embarcándose desde aquel momento en una cruzada personal por mantener viva la memoria de los supervivientes mediante el apoyo y creación de diferentes fundaciones e iniciativas.

Fotograma de la película con la emblemática niña del abrigo rojo.

Puede que alguien se plantease en 1993 si la durísima La lista de Schindler podía entroncarse con la trayectoria fílmica del bastante benigno y familiar Spielberg, o si se trataba de una especie de genial salida de tono, una rareza. Una de las respuestas la encontramos en la presencia de su músico de cabecera John Williams, que logró llevarse a casa otro Oscar (ya iban cinco) gracias a una partitura que, si bien hacía gala de su habitual talento para lo sinfónico, renunciaba por completo a esa supuesta tendencia a la fanfarria de la que algún despistado suele acusarle. Recordemos que solo unos meses antes había publicado su banda sonora para Jurassic Park, y el contraste entre ambas es notorio. Tuvo miedo el compositor, según he podido leer, de no estar a la altura de una película así, hasta que Spielberg le convenció de que ya no quedaban compositores vivos a su altura. En fin, es como si su Schindler's List hubiese sido construida con la misma materia que empleó para los momentos más delicados e íntimos de sus grandes obras anteriores, que siempre los hubo en abundancia, utilizando además una sensibilidad a flor de piel que nunca se acerca a lo sensiblero. Habría sido muy obvio componer una partitura que moviese al llanto, pero Williams supo dotarla de una limpia belleza que transmite más bien una mezcla de piedad y sencillez.

También habría sido sencillo crear una banda sonora para Schindler's List a base de recrear a palo seco el sonido tradicional asociado al pueblo judío. Es cierto que hay varios fragmentos de la composición original que poseen fraseados identificables con esta tradición, pero en general es una partitura con sonido más "williamsiano" que puramente "hebraico". A este respecto, comentaba Williams que había tenido cierta facilidad para imitar el sonido tradicional de la música judía gracias a su adaptación al cine del musical El violinista en el tejado en 1971, que le procuró -por cierto- su primer Oscar.

Itzhak Perlman y John Williams.

La participación del prestigioso violinista Itzhak Perlman es decisiva a la hora de dotar al tema principal Theme from Schindler's List de su particular calidez sonora, y el artista aporta su instrumento a unos cuantos momentos del álbum aparte de éste. No obstante, Williams recurre a otras sonoridades, incluyendo por ejemplo un estremecedor coro en el corte Immolation (recordar aquella escena todavía me produce escalofríos), o un fabuloso piano en la versión reprise del tema central correspondiente a los créditos finales de la película. Dentro del álbum publicado también hay un par de temas tradicionales cantados a coro, OYF'N Pripetshok y Yeroushalaim Chel Zahav, que completan la experiencia de inmersión tanto dentro como fuera de la película.

Hay varios motivos para recomendar la escucha de esta banda sonora. El más importante es su calidad aplastante, propia del talento de un compositor excepcional en un muy buen momento de su carrera, con ganas de hacer algo grande pero a la vez sin nada que demostrar, lo bastante humilde para compartir nombre en portada con el violinista invitado, y lo bastante valiente para hacer una música que, a diferencia de lo que ocurría en sus títulos más famosos de décadas anteriores, apenas sobresale por encima de las escenas en blanco y negro a las que acompaña, sino que las acentúa con sutileza sin llegar a la manipulación emocional, las dota de clasicismo sin restarles un ápice de su propia fuerza narrativa. Emocionalmente hablando, el valor cultural de esta banda sonora no es menor que el de la obra maestra del cine para la que fue compuesta, y si eso supone una pequeña o pequeñísima contribución a que aquellos sucesos históricos sean recordados y no se repitan, su importancia es difícil de medir. Imprescindible. En Spotify.

Theme from Schindler's List

5 comentarios:

  1. Schindler's List es LA OBRA con mayúsculas de Williams. Otras serán mas espectaculares, mas impactantes, pero la mas madura e inolvidable es esta. Todavía no me creo tener una copia del Cd firmado por el maestro.

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  2. Un gran trabajo del señor Williams aunque no se si decir que es su mejor obra. Siempre me quedaré con tiburón, encuentros, star wars o el primer Indiana. De hecho casi me gusta más las cenizas de Ángela por compararla con una obra similar en aptitud.
    Una gran película con los toques maniqueos de spielberg. Ese final sensiblero con los judios poniendo piedrecitas en la tumba se lo podría haber ahorrado.

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  3. Hombre, José Ramón, hay un montón de películas de todo género en las que, al final, te ponen un rótulo o una colección de fotos con los personajes reales en los que se inspiraron, o contándonos qué pasó con ellos después de los hechos narrados. ¿No es más "cinematográfico" el que cada actor y actriz aparezca junto al personaje real? Y el hecho de que pongan piedrecitas en la tumba, pues hombre, es un sencillo acto de reconocimiento a Schindler que tampoco creo que esté de más.

    No lo tomes a mal, pero es precisamente por esa clase de críticas contra ciertos detalles de sus películas por lo que creo que Spielberg es un director tan cercano a los mejores gustos de cada cinéfilo. Sobre ningún otro director se tiene la sensación de que todo el mundo tiene una opinión propia tan definida, y al final es casi como si todos le creyéramos capaz de la perfección. Por eso algunos nos fijamos tanto en lo poco que lo aleja de ella, yo mismo incluido.

    En resumen, y sin querer ponerme pesado, después de ver una película como esta (la escena de la expulsión del gueto, la lluvia de ceniza, la escena de las duchas) me habría dado igual que Spielberg cerrara con la muerte de la madre de Bambi, o con E.T. subiéndose otra vez a la nave.

    Frank Jones, no creo que haya que decirlo: eres un hombre muy afortunado.

    Saludos a ambos.

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  4. Si estoy de acuerdo. Creo tener toda la filmografía de spielbers salvo su primera película sugarland express. Me gusta mucho y sufro sus ñoñadas pero obviamente pasará a la historia con mas peso que otros directores y eso es admirable. Lo que a mi no me gusta es ese sentimiento projudio porque si ahora que ellos mismos estan demostrando ser igual de racistas con los de su entorno. ¡Perdón! se me olvidaba que habalabamos de música y cine.

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  5. No hay que pedir perdón, aquí se habla de lo que se quiere. Es cierto que en La lista de Schindler hay un fuerte sentimiento pro-judío. Yo en todo caso matizaría que, ante hechos como el Holocausto, siendo judío e hijo de una superviviente marcada con un número como el ganado, es bastante lógico adoptar un punto de vista tan benigno como el suyo.

    Sin embargo, ten en cuenta que su visión del moderno estado de Israel (que no es necesariamente equivalente a su visión sobre el hecho de ser judío o haberlo sido en la Alemania nazi) queda bastante clara en Munich, que a su vez viene a formar una especie de díptico con Schindler (incluso los temas principales de sus bandas sonoras se parecen, no creo que por casualidad). Hay que ser muy valiente para hacer una película así de crítica con la política israelí después de que todo el mundo le considerase un adalid del pueblo judío.

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