2. ...April 21st 753 B.C. (Francesco Di Giacomo) (6:13)
3. Over 2.000 Fountains (David Cross) (7:15)
4. In and Around the Colosseum
(Mauro Montobbio / Il Tempio delle Clessidre) (9:28)
5. Monuments and Statues Everywhere
(John Hackett / Nick Magnus) (6:16)
6. Down to Domus Aurea (Steve Hackett) (6:20)
7. Caracalla's Dream (Richard Sinclair) (4:28)
8. A Mankind Heritage... (David Jackson) (4:35)
9. ...Towards the Future (Mauro Montobbio) (5:37)
10. Bonus-track: The Mouth of Truth (Steve Hackett) (3:18)
Hace algún tiempo descubrí este interesante trabajo instrumental gracias a la página del compañero Leonardinsky, y por más que sea suficiente con leer su excelente reseña, no quería dejar de mencionar el álbum en mi propio blog. No es que The Rome Pro(g)ject, o "El pro(g)yecto de Roma" (2012), sea la octava maravilla del rock progresivo, pero sí que es un álbum con un aura muy atractiva y que se ajusta al estilo de aquellos estupendos discos conceptuales de los setenta que tanto suelen gustarme. Se subtitula "Un viaje musical a través de la historia y los lugares, la grandeza y la belleza de la ciudad eterna". Al parecer, el alma mater del proyecto es un tal Vincenzo Ricca, coautor y productor de todos los temas.
Una imagen del interior del libreto.
El motivo del lanzamiento de esta obra fue el 2765º aniversario de la ciudad de Roma (¿qué tiene de especial esta fecha, digo yo?), y viene a ser como un recorrido turístico-histórico por diversos lugares de tan conocida ciudad. O sea, una colección de postales musicales Ab urbe condita. Los participantes son músicos británicos e italianos, entre los que destaca la presencia de Steve Hackett y su hermano John Hackett, de quien hasta ahora no sabía que estuviese en el gremio musical. Es digno de destacar que en Italia hubo en su momento una muy buena generación de rockeros progresivos, con lo que el disco resulta más que satisfactorio si lo entendemos como un merecido homenaje a ellos.
Despliegue del libreto del CD, con grapa y todo.
El mayor problema de The Rome Pro(g)ject es su ligero encorsetamiento. El sonido de la mayor parte del álbum es tan exageradamente clásico que creemos encontrarnos en alguna de aquellas fascinantes atmósferas de Genesis, o incluso -algo menos- en alguna intro de King Crimson, en lugar de en un disco progresivo hecho hoy día. Muy Ad usum, si me entendéis. Alimento para la nostalgia, con todo lo bueno y lo malo que esto supone. Ya no se hacen muchas músicas instrumentales tan ricas e imaginativas como las de aquellos tiempos. Aeternum vale.
Contraportada
Por otra parte, hay que admitir que el sonido suena algo artificial en algún momento. Mientras que en los años setenta todo esto sonaba sorprendente, y fresco, hic jacet tiene un cierto aire enlatado (esos coros, mismamente) y parece un sencillo ejercicio de unir los puntos, bastante previsible en términos generales. La instrumentación, pese al indudable manejo de monstruos del progresivo como Hackett, el violinista eléctrico David Cross y algún miembro de bandas como Caravan o Camel peca -creo yo- de falta de originalidad, por más que la producción sea exquisita. En este sentido, Cuique suum.
Despliegue de la portada y la contraportada. Se atisba un sutil homenaje a Roger Dean.
Los aficionados más curtidos en el género se sentirán sin duda cómodos ante la propuesta, si bien no creo que la eleven a los altares de la originalidad (teórica cualidad definitoria de este estilo musical, por cierto). Sin embargo, creo que The Rome Pro(g)ject puede ser, y que conste que esto lo convierte en un título muy a tener en cuenta, ese álbum progresivo que puede escuchar el novato absoluto para saber de qué va la cosa. Es probable que funcione como puerta para meterse en las verdaderas obras maestras de esta maravillosa corriente musical, de modo que, como habría hecho algún César, levantamos el pulgar. Será por aquello de que Bis repetita placent.
Vídeo promocional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario