1. From the Forest... (1:55)
2. Tapir Hunt (1:31)
3. The Storyteller's Dream (3:41)
4. Holcane Attack (9:28)
5. Captives (3:07)
6. Entering the City with a Future Foretold (6:06)
7. Sacrificial Procession (3:41)
8. Words Through the Sky (The Eclipse) (5:12)
9. The Games and Escape (5:15)
10. An Elusive Quarry (2:15)
11. Frog Darts (2:46)
12. No Longer the Hunted (5:51)
13. Civilisations Brought by Sea (2:20)
14. To the Forest... (7:31)
Varias veces ha salido a colación el asunto de los grandes compositores de bandas sonoras de cine, muchas veces para ensalzar a los supervivientes de una época dorada de otro tiempo, otras para criticar un poco a los mediocres sucesores que nos encasqueta la industria. James Horner está en tierra de nadie, perteneciendo por un lado a la última generación de compositores realmente interesantes, previa a la irregular e informe masa que hoy compone el gremio; y por otro, permaneciendo en entredicho su inspiración durante muchos años. Por un lado es notoria su tendencia a reciclar material propio con descaro (todo el mundo ha oído hablar de su famoso "parabará"), y por otro, buena parte de su producción musical suele depender de uno o dos temas reconocibles por película que se repiten hasta la saciedad, y un montón de material de relleno un poco impersonal. Desde que en 2006 me topé con este trabajo para Apocalypto, mi opinión sobre James Horner cambió radicalmente.
Los buenos.
Apocalypto es la visionaria película que Mel Gibson dirigió tras la controversia fenomenal de La Pasión de Cristo. La premisa tiene algo en común: la inmersión plena del espectador en otra época y otro lugar, cuidada hasta la locura gracias a una ambientación apabullante a nivel de vestuario y escenarios, y que pasa necesariamente por mantener los idiomas originales (si en La Pasión se hablaba latín y arameo, los personajes de Apocalypto se expresan en un lenguaje parcialmente ficticio, mezcla de varias lenguas nativas centroamericanas) y cuidar muchísimo los aspectos musicales. En La Pasión, Gibson contó con John Debney para realizar una partitura efectiva aunque quizá algo más artificiosa de lo debido. La película era hiperrealista, y lo más prudente habría sido no incluir banda sonora de ningún tipo, aunque al final se optó por una música discreta con ribetes étnicos de oriente medio, muy en la línea de lo hecho por Peter Gabriel en La última tentación de Cristo. En el caso de Apocalypto, estamos ante otro experimento fílmico minucioso, aunque el argumento es pura ficción y por ello, teóricamente, admite algo más de juego.
Los malos.
Y sin embargo, James Horner da en la diana hasta un punto impresionante. Olvidémonos de sus bonitas melodías célticas para Braveheart o Willow, o de su romanticismo exacerbado en Titanic o Leyendas de pasión, porque Apocalypto es una cruda, áspera inmersión en una profunda y oscura selva precolombina, con todo lo que ello implica en lo musical. Ni siquiera emplea Horner una orquesta propiamente dicha, sino que cuenta como mucho con dos o tres músicos clásicos para acompañar un sinfín de cánticos y gruñidos, percusiones tribales, flautas tradicionales y algún sutil toque de sintetizador.
La fuga.
Apocalypto cuenta la historia de un joven cazador indígena que es capturado por los decadentes mayas para ser sacrificado en un ritual religioso, que inicia una huida a la desesperada para salvarse a sí mismo y a su familia, que también las pasa canutas en su ausencia. Mel Gibson no ahorra ni un ápice de brutalidad gráfica a la hora de mostrar los sacrificios y las luchas, y la música de este irreconocible James Horner funciona mágicamente para dar énfasis al carácter primario, visceral, de cada escena en la película. Prácticamente no hay ni melodías, sino simplemente ambientes, unos misteriosos como de otro mundo, otros vibrantes y salvajes. Basta con escuchar esta banda sonora para trasladarnos con la imaginación a un mundo desconocido y fascinante que nada tiene que ver con el nuestro. De hecho, varios extractos de Apocalypto son utilizados frecuentemente en programas como Milenio 3, el de Iker Jiménez.
El ingrediente más importante de esta banda sonora es sin duda la voz de Rahat Nusrat Fateh Ali Khan, sobrino del mítico cantante sufí. Su voz tiene un carácter profundamente medio-oriental, nada que ver con la cultura maya, pero los cánticos que desarrolla parecen emanar de ese mundo virgen y primitivo de los dominios del jaguar, sin matices étnicos o religiosos más allá de una poderosísima espiritualidad ancestral. Hay momentos en los que la música de Apocalypto tiene más de efecto sonoro que de música.
-Por aquí el corte, por aquí. Pon cara de malote, imagina que es jud...
No creo que haya necesidad de realizar un análisis pormenorizado de cada tema, ya que la descripción anterior puede aplicarse sin excepción a cada corte del disco. Además, se trata de un álbum cuya escucha completa es todo un pelotazo emocional, un viaje sensorial hacia un universo ya perdido que viene a demostrar, como en los mejores momentos del género fílmico, que a veces basta con encontrar la música correcta para trasladarnos en el tiempo y el espacio. A-pa-bu-llan-te.
En Spotify.
From the Forest...
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