martes, 15 de mayo de 2012

Brian Eno - AMBIENT 4: ON LAND


1. Lizard Point (4:34)
2. The Lost Day (9:12)
3. Tal Coat (5:27)
4. Shadow (3:00)
5. Lantern Marsh (5:31)
6. Unfamiliar Wind (Leeks Hills) (5:26)
7. A Clearing (4:07)
8. Dunwich Beach, Autumn, 1960 (7:13)

El primer disco que comenté en este blog fue la primera parte de esta serie, Ambient 1: Music for Airports (1978), y ya iba siendo hora de ir a por la última, titulada Ambient 4: On Land (1982). Por el camino se nos quedaron también Ambient 2: The Plateaux of Mirror (1980, quizá la mejor entrega), en colaboración con Harold Budd; y Ambient 3: Day of Radiance (1980), con el dulcémele del semidesconocido Laraaji como protagonista, aun por encima del propio Eno. En esta cuarta y -hasta ahora- última entrega de la saga, Brian Eno se decidió a asumir de nuevo el papel de estrella absoluta.

On Land ("En tierra") es considerado por algunos expertos y/o aficionados como una aproximación primigenia a lo que después se llamaría dark ambient, aunque personalmente no veo que la oscuridad y el desasosiego sean sus elementos más notorios, más allá -como mucho- de un cierto trasfondo de tensión casi como de banda sonora cinematográfica, y algo de elegante y austera frialdad ausente de repuntes. Sí que puede verse como un precedente directo del ambient oscuro, un tío abuelo lejano. Ni siquiera me parece un álbum muy en la línea de la saga si lo comparamos con los lánguidos y luminosos pasajes de Music for Airports o The Plateaux of Mirror, y yo lo echaría al saco de las grabaciones más normales o genéricas de Eno, al menos en lo que a su planteamiento sonoro se refiere. Que conste que ese "saco" es estupendo, y estar en él menosprecio precisamente, pero es que sus tres predecesores son tan geniales, tan arriesgados e innovadores, que On Land me resulta un pelín... aséptico.

Brian Eno, en una imagen reciente.

Ambient 4 contiene un buen número de pistas, todas ellas con distintos matices pero un sabor parecido, con lo que se mantiene ese sentido de la cohesión que estaba presente en las entregas previas. Eno cuenta con una larga lista de colaboradores, entre ellos los ilustres Jon Hassell, Bill Laswell, Daniel Lanois y Michael Brook, cada uno encargado de una pequeña intervención instrumental aquí y allá, aunque la voz cantante la lleva Brian Eno, que realiza una compleja labor de montaje de capas de sonido a base de instrumentos electrónicos y electroacústicos y parafernalia de estudio avant-garde, amén de algunos samples de ruidos naturales (insectos) y, sobre todo, retales a medio pulir pertenecientes a buena parte de su carrera hasta aquel momento. Comentó el compositor que ya no confiaba del todo en la omnipotencia del sintetizador, y por eso se vio inclinado a contar con un visible toque orgánico que enriqueciese esta geografía enrarecida de On Land. Es como si el músico hubiese querido hacer de On Land una especie de muestrario de lo logrado a lo largo de su andadura como pionero en su campo, sin tener que recurrir al clásico recopilatorio sosainas.

Portada alternativa, ligeramente recortada.

¿Pero qué es On Land? ¿De qué va? Antes hablábamos de geografías enrarecidas, y es exactamente eso, la traslación musical de un paisaje, de un ámbito espacial completo, trazado de forma que se mueve entre el realismo (gracias a los sonidos naturales y a las referencias a lugares reales como la playa de Dunwich, el marjal de Lantern o las colinas de Leeks), y esos paisajes desolados con extrañas figuras que son propios de la pintura surrealista. Tengamos en cuenta que ni siquiera todos los lugares reales antes mencionados existen más allá de algún vago recuerdo o una anécdota que maneja el músico. Eno comentaba al respecto que quería moverse en el sentido contrario que los pintores de vanguardia de comienzos del siglo XX, que querían aproximar la pintura a la música; él pretende realizar una obra musical, sonora más bien, que se acerque a la pintura. Para reforzar esta sensación de movernos por un espacio palpable, Brian Eno recomienda escuchar On Land en un equipo musical con al menos tres salidas de audio.

Quizá hayamos disfrutado de experiencias musicales "horizontales" más profundas que esta en el blog, pero Eno siempre es una referencia a tener en cuenta, y On Land es un clásico con todo merecimiento. Está en Spotify.


Lizard Point.

7 comentarios:

  1. Me ha empezado a gustar mucho ek ambient,pero me apena decir que no he escuchado a Brian Eno. No se por cual disco de esta seria empezar, pero creo que voy a lanzarme con este,gracias por tus reseñas! ya he descubierto mucha buena musica gracias a ti

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  2. Quizá sería más recomendable que comenzases con Ambient 1: Music for Airports, que es el punto de origen "oficial" del género, y un disco muy agradable para iniciarse.

    Gracias a ti, por pasarte por aquí.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Una vez encontré este disco en una página. Me llamó mucho la atención la portada, pese a ser muy simple.

    No me acordaba ni de como se llamaba el disco en sí ni de ninguna de las canciones que lo formaban, empecé a buscar pero no lo encontraba. Te tengo que dar las gracias una vez más por haber dado con la solución.

    Sin lugar a dudas, una gran obra de la música electrónica experimental.

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  6. Hooa. perdon. pero tendras el Link de este discazo? muchas gracias por tu trabajo

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  7. Muchas gracias, Luis Cabrera. Pero lo siento, esta es una página de divulgación y no incluyo enlaces de descarga, salvo en contadísimas ocasiones, si se da el caso de que algún material sea de acceso libre.

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