miércoles, 18 de abril de 2012

King Crimson - IN THE COURT OF THE CRIMSON KING


1. 21st Century Schizoid Man - Including Mirrors (7:21)
2. I Talk to the Wind (6:05)
3. Epitaph - Including March for No Reason 
and Tomorrow and Tomorrow (8:47)
4. Moonchild - The Dream / The Illusion (12:13)
5. The Court of the Crimson King - Including 
The Return of the Fire Witch and The Dance of the Puppets (9:25)

La mitomanía en el mundo del rock siempre ha sido un latazo, la verdad sea dicha. No hace mucho tiempo, todavía había algún carcamal mental que te preguntaba aquello de si eras "de los Beatles o los Rolling", dejando bastante claro que de aquellos años dorados para la música popular poco ha quedado para el recuerdo colectivo salvo los mega-grupos de Lennon, McCartney, Jagger y Richards. De nuevo, como en tantas otras ocasiones, estos dos grupos suelen copar los primeros puestos de cualquier lista absoluta de los mejores álbumes de todos los tiempos (es verdad que los Rolling Stones no tanto), con algunas inclusiones dispersas de otra gente.

En esta línea, suele decirse que el mejor álbum en la historia de la música popular es el inefable Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967), una de las primeras aproximaciones, todavía renqueante, hacia el conceptualismo. Y después póngase el que se quiera, desde el Exile on Main St. de los Stones a alguno de Dylan. Al igual que en el mundo del cine hay quien últimamente se atreve a bajar a Ciudadano Kane de la cúspide en favor de El padrino, yo me atrevo a cuestionar al Sgt. Pepper's para favorecer a In the Court of the Crimson King. An Observation by King Crimson, y que conste que no soy amigo de emitir juicios de valor basados en listas de popularidad.

Ian McDonald, Michael Giles, Peter Sinfield, Greg Lake y Robert Fripp.

In the Court of the Crimson King (1969) fue el álbum de debut de King Crimson, una banda que ya ha pasado por el blog anteriormente con algún disco posterior. Desde luego, sí que se encuentra entre los álbumes más influyentes y conocidos de la historia del rock, y no precisamente porque lo diga yo, aunque generalmente está recubierto de una pátina de "extrañeza" que le resta apoyo popular. Internet está lleno de análisis bastante detallados -y supongo que muchas veces acertados- del álbum, así que prescindiré de excesivos detalles técnicos para centrarme en mi visión personal del mismo, la que a mi parecer mejor se adapta a las intenciones de este blog. Mencionar, como mucho, que entonces formaban parte de la banda Robert Fripp, Michael Giles, Greg Lake, Ian McDonald y Peter Sinfield, cosa interesante si consideramos que King Crimson ha cambiado de miembros una y mil veces.

El "Rey Carmesí" al que hace referencia el título es Belcebú, aunque el álbum no es en absoluto un trabajo de ambiente satánico. Se trata del disco con nombre y apellidos que inauguró la era del rock progresivo, una grabación misteriosa en su sonido y extrañamente accesible que supone una experiencia musical no repetida ni siquiera por la propia banda que lo creó. Mezcla rock con bastante jazz, algo de blues y arreglos clásicos y "pre-cósmicos" (me acabo de inventar el término), vino a ser también una perfecta encarnación del espíritu hippy más culto, no tan empeñado en atrancar cañones con flores como en demostrar que las artes más cercanas al gusto masivo podían ser un medio de expresión tan profundo, rico y libre como profunda, rica y libre fuese la imaginación del artista. In the Court of the Crimson King es un álbum de dimensiones abismales gracias a su libertad creativa total, no solamente en el contexto de aquellos últimos años sesenta, sino incluso hoy en día; y su influencia en la cultura popular también es notoria, comenzando por su llamativa portada, obra de Barry Godver, y terminando por sus letras fantásticas, surrealistas, mágicas.

Arte del álbum, en el despliegue de portada y contraportada.

In the Court... es un disco consistente en cinco temas de larga duración, cada uno de los cuales contiene varios sub-temas, tal y como especificaban los créditos del álbum en su edición original. En teoría se trata de canciones, aunque la parte cantada es bastante reducida -relativamente, al menos- si la comparamos con los desarrollos instrumentales de cada corte. Además, la densidad de sus fascinantes arreglos deja bien claro que la letra cantada no es más que un modesto hilo conductor para toda la pieza musical, logrando que en más de un momento resulten más memorables unos acordes que unos versos.

El primer tema del disco, todo un clásico del repertorio de la banda, es 21st Century Schizoid Man, el corte más duro del álbum. Contiene muy poca letra, cantada con la voz distorsionada de Greg Lake, pero sí un montón de frenéticos desarrollos instrumentales a base de guitarras, baterías y teclados (por ahí andaba el mítico mellotron) que aceleran o frenan en seco aquí y allá. El alma del álbum se despliega del todo con la hermosísima I Talk to the Wind, con unos arreglos a base de instrumentos de viento que nos transporta a algún lugar indefinido entre la balada rock y el folk más bucólico. Concluye la primera cara del vinilo con la enorme Epitaph, otra balada majestuosa, aunque mucho más dramática, casi un adagio clásico. La segunda cara comienza con Moonchild, un tema muy sosegado y con mucho espacio en sus 12 minutos para desarrollos jazzísticos muy suaves; y concluye con la épica, tremendísima The Court of the Crimson King, muy efectista gracias a sus coros, e inquietante por sus letras surrealistas y esotéricas. De hecho, todo el álbum desprende un aura extraña que yo definiría como "delicadamente malsana", oscurantista se mire como se mire.

Despliegue del interior de la funda del vinilo.

El máster original estuvo perdido muchos años, y las diferentes ediciones del disco en vinilo y CD presentaban una calidad de audio cada vez más mermada, lo que me imagino que influyó en la recepción del álbum por parte de las nuevas generaciones. Sin embargo, en 2003 se toparon finalmente con la grabación original y se publicó una exquisita edición que incluye demos y rarezas de las sesiones de grabación. No perderse el corte que incluye un arreglo alternativo para I Talk to the Wind a dos guitarras, porque es una maravilla instrumental:


No tengo claro si In the Court of the Crimson King es una obra conceptual en sentido estricto (las letras están vagamente unidas por su contenido existencialista y un poco onírico), aunque sí que sentó firmemente las bases de la siguiente década en lo que al carácter libérrimo del rock se refiere. Es uno de esos discos imprescindibles que deberían estar presentes en cualquier colección, independientemente de nuestros gustos personales. Y hay que escucharlo más de una vez, por supuesto. Si no lo conocéis, estáis perdiendo el tiempo leyendo mis diarreas mentales; si lo habéis escuchado antes, os invito a hacerlo de nuevo. Puede escucharse de una pieza en YouTube, aunque recomiendo una calidad de audio mayor:

13 comentarios:

  1. Algunas canciones como 21st century schitzoid man y Epitaph resultan pesimistas, pero tristemente reales y se pueden comparar con la actualidad. ¿Estamos locos en el siglo XXI? me temo que si, y este tipo de música le debemos mucho, porque nos ayuda a ser conscientes.

    Muchas gracias por este comentario y por recordar un poco este tipo de música hoy día practicamente olvidada.

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  2. Misterio es la palabra que mejor define para mi la escucha de este disco.

    ¡Saludos!

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  3. Una reverencia al rey carmesí.
    Un disco, este, palpitante de misteriosas emociones y desconcierto.

    Saludos!

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  4. Como siempre, me remueves las telarañas de mis recuerdos. Tal como te iba leyendo iba recordando lo que sentia la 1ª vez que lo escuché. Esas atmosferas, esas texturas, esos coros, ese ambiente sombrio y melancolico que llena todo el disco...De lo mejor que se ha hecho nunca

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  5. Joder, la de canutos que nos hemos hechado mi colega y yo hace treinta tacos, escuchando este disco
    Gracias, Julio, Madrid

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  6. ¡Qué montón de comentarios, y qué variedad de impresiones! Lo que yo decía, que es un disco tan misterioso que cada cual puede encontrar en él algo distinto.

    Gracias a todos por comentar.

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  7. Un disco memorable, sin duda. Que ha tenido una influencia enorme no es un secreto. Ahora bien, pides que se le preste la misma atención que a discos de Los Beatles y de los Rolling. Entiendo muy bien tu alegato, pero seguro sabes también que es mas gratificante escuchar y poder disfrutar de este tipo de obras cuando están totalmente fuera del espectro popular. No me imagino un mundo en el que puedas encontrar un fan de King Crimson a donde quiera que se vaya, eso en primer lugar porque su música no se presta para eso. Creo que así esta perfectamente, que sea un placer mas exclusivo.

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    1. Como un buen corte de carne, de la talla de un wagyu o un black angus, o un buen vino, así es King Crimson

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  8. Es increíble lo que te puede transmitir este disco, nostalgía, misterio, gran riqueza interpretativa, Moonchild en especial, es verdad que King Crimson y en sí el Rock Progresivo no es ampliamente difundido a excepciones como "The Dark Side Of The Moon", pero eso a mi parecer hace aún más apreciable este disco, es algo exclusivo que más allá de "gustos" pocos estamos aptos para asimilarlo. Respecto a la formación del disco, es sin duda la mejor además de Greg (con respeto a Jhon y Andrew) fue la mejor voz del Rey Carmesí.

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  9. ¿Realmente es posible "escuchar de nuevo" canciones que escuchábamos hace treinta años, cuando teníamos diecinueve o veinte años? ¿Somos los mismos, podemos sentirnos igual que entonces? Yo creo que no. Saludos y gracias a Robert Fripp.

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  10. Ni sois los mismos ni os va a sonar igual a los que tenéis la edad adecuada, pero supongo que sigue abriendo ventanas mentales.

    Un saludo.

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  11. Monumental disco, un clásico entre los clásicos. Un disco que hizo sombra a todos los que vinieron después de King Crimson. Es curioso ese hecho, cosa que dificilmente se da en otras formaciones con una pila tremenda de albumes a sus espaldas. Lo cierto es que "In the Court of the Crimson King" crece con cada escucha, pareciendo más fruto de una banda madura que de una recién creada. Lo cierto es que este album tiene de todo y reconozco que en una primera escucha no llegue a gustar a todo el mundo. Los que hemos consumido mucho rock progresivo lo tenemos en un pedestal. No es para menos. Lástima que Greg Lake dejara la formación tras este primer trabajo. Y lástima también que no estén todos sus discos en Spotify. "Confusion will be my epitaph..."

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