1. Europe Endless (9:41)
2. The Hall of Mirrors (7:56)
3. Showroom Dummies (6:15)
4. Trans Europe Express (6:37)
5. Metal on Metal (2:12)
6. Abzug (4:54)
7. Franz Schubert (4:26)
8. Endless Endless (0:55)
¡Viajeros al treeeeen!
Habiendo fundado ya las bases de lo que en los años ochenta se conocería como tecno-pop con los precedentes Autobahn y Radio-Activity, el cuarteto de Düsseldorf Kraftwerk compuso una de sus obras maestras absolutas, este Trans-Europe Express (Trans Europa Express, en su versión alemana original), un homenaje a la línea férrea Trans Europ Express o TEE que abunda en la iconografía kraftwerkiana de la modernidad definida por los avances tecnológicos. El concepto del disco surgió cuando varios amigos de los componentes del grupo les animaron a componer música inspirada en el ferrocarril, ya que les parecía que encajaba bien con su estilo. Se cuenta, a modo de pequeño rumor, que el grupo pretendía borrar cualquier errónea filiación nazi por su parte, sobre todo después de titular a uno de sus grandes álbumes Autobahn, "autopista", uno de los máximos referentes técnicos del Tercer Reich en lo que a aportación de infraestructuras para Alemania se refiere. Quizá por eso han señalado algunos críticos que la melodía de los temas de Trans-Europe Express recuerda a algunas tonadillas populares de la República de Weimar (anterior al régimen de Hitler) y a otras del triste período de posguerra.
Kraftwerk, esperando en la estación (interior del libreto del CD remasterizado).
Ralf Hütter, Florian Schneider, Wolfgang Flür y Karl Bartos -sobre todo los dos primeros, autores de todos los temas- realizan en Trans-Europe Express (1977) un álbum conceptual sobre el ferrocarril tan compacto como una roca. Ya desde el principio se nos marca claramente el ritmo que va a acompañar a muchas de las melodías del disco, como si del constante traqueteo del tren al pasar sobre los travesaños de la vía se tratase.
Antes hemos hablado de tecno-pop, y desde luego está claro que este álbum está planteado como un disco de música pop al que se ha dado forma mediante el uso masivo de sintetizadores. Casi todos los temas son cantados y perfectamente radiables, nada que ver con lo que otras figuras del krautrock estaban haciendo entonces. Los Kraftwerk son precisamente los últimos grandes supervivientes del Krautrock original, una vez que la gente de Florian Fricke, Manuel Göttsching y Edgar Froese (por mencionar a los más conocidos) se habían decantado clara y definitivamente por la vertiente cósmica y new age del género setentero alemán.
Portada de la edición alemana.
¿Y qué fue antes, la gallina o el huevo? ¿Se movieron los Kraftwerk hacia el pop partiendo de la kosmischemusik típica alemana de entonces, renunciando en parte a su autoridad fundacional en busca de nuevas formas de expresión? ¿O más bien habían querido hacer música pop desde el principio, y nadie se había dado cuenta hasta que fue evidente? Kraftwerk, sea cual sea su verdadera ruta evolutiva, prefiere seguir un camino mucho más "convencional" que el de la Escuela de Berlín y sus viajes alucinógenos, transmutándose en simpáticos contrapuntos robóticos de los grupos pop-rock británicos de moda. En sus planteamientos de ciencia-ficción y futurismo retro radica la esencia de estos cuatro alemanes, eso sí, diferenciándolos de cualquier otra cosa que estuviese realizándose en aquellos días en el mundo entero.
Portada del single homónimo al álbum.
Trans-Europe Express es como un agradable viaje en tren, comenzando por la bonita Europe Endless ("Europa sin fin"), en la que se nos introduce el concepto ferroviario y se nos va presentando, mediante las voces de Ralf y Florian, una visión del viejo continente basada en contrarios, en luces y sombras que oponen modernidad a antigüedad, elegancia a decadencia, ofreciendo con frases muy sencillas -propias de un androide- una lúcida visión de Europa que puede encajar tanto entonces como ahora.
The Hall of Mirrors es un tema más pausado, un pelín siniestro y que habla de la imagen que tienen de sí mismos los artistas famosos. De hecho, la dualidad entre la propia imagen y la distorsión que se produce de ésta a raíz de la popularidad es otro de los conceptos básicos del disco. Showroom Dummies es un típico tema tecno de los que convirtieron a Kraftwerk en predecesores, por ejemplo, de Depeche Mode. Su título, "maniquíes", va enlazado con el arte conceptual del álbum, en el que los cuatro músicos parecen maniquíes bien arregladitos y puestos en un escaparate.
Los maniquíes de Kraftwerk.
Los siguientes tres temas, el homónimo Trans-Europe Express, Metal on Metal y Abzug, son de algún modo una pequeña suite que retoma un ritmillo que recuerda al de Europe Endless y lo convierte en una pieza más fría, minimalista en lo vocal y lo instrumental, propia de una máquina. Al parecer, en su gestación pudo tener algo que ver un encuentro del grupo con David Bowie, que les profesaba una auténtica adoración. Franz Schubert es un alivio luminoso tras estos tres temas, un bonito instrumental de corte ambient; y Endless Endless, tanto en el título como en el sonido, funciona de epílogo por su paralelismo con Europe Endless.
Portada de una reciente reedición.
Creo que Trans-Europe Express es un disco que debe escucharse de un tirón, como todo buen álbum conceptual, y teniendo en cuenta que no es tan colorista como, por ejemplo, el posterior The Man Machine. Aquí la idea es aquella de "menos es más". Se trata, y eso hay que decirlo porque es un hecho constatado en numerosos medios de comunicación, de uno de los álbumes más importantes e influyentes de toda la historia de la música popular. Casi nada.
Vídeo oficial de Trans-Europe Express.
Y el de Showroom Dummies.