CD 1
1. The Eve of the War (9:07)
2. Horsell Common and the Heat Ray (11:36)
3. The Artilleryman and the Fighting Machine (10:36)
4. Forever Autumn (7:42)
5. Thunder Child (6:07)
CD 2
1. The Red Weed (Part 1) (5:53)
2. The Spirit of Man (11:38)
3. The Red Weed (Part 2) (5:25)
4. The Artilleryman Returns (1:27)
5. Brave New World (12:15)
6. Dead London (8:35)
7. Epilogue (Part 1) (2:31)
8. Epilogue (Part 2) (NASA) (1:50)
Comenzamos el mes con uno de los experimentos más barrocos y extravagantes que se hayan realizado jamás en el campo a veces tan árido de la música popular. Fue de la mano de Jeff Wayne, compositor habitual de tonadillas para anuncios de televisión en los años setenta, que nos llegó en 1978 esta maravilla con mayúsculas que es su "Versión musical de La guerra de los mundos".
Jeff Wayne dirigiendo la sección de cuerda.
No nos dejemos engañar por el título, ya que para nada se trata de un musical en el estilo Broadway del término, sino de una "versión musical" de la archiconocida novela del británico H. G. Wells que viene a ser una mezcla entre álbum de rock progresivo conceptual, sinfonía clásica, obra de teatro, audiolibro y experimento tecnológico con tintes electrónicos. El disco es en sí mismo la obra literaria, no una mera banda sonora para un montaje escénico, así que la escala del proyecto es inmensa desde su mero planteamiento: Wayne utiliza leitmotifs al estilo de Richard Wagner en El anillo del nibelungo para que la música sea capaz de expresar un amplio abanico de significados: desde las emociones de los personajes hasta los efectos sonoros de la maquinaria extraterrestre. El elemento predominante es el sonido de una orquesta sinfónica completa, aunque los instrumentos del rock y los sintetizadores encajan perfectamente en el paquete.
El argumento de La guerra de los mundos es bastante conocido: a finales del siglo XIX llegan a la tierra inmensas naves en forma de bala que se estrellan en Inglaterra, procedentes de Marte. De ellos surgen horrendas criaturas que, utilizando trípodes gigantes armados con rayos caloríficos, comienzan a masacrar a la población y, finalmente, a hacerse con el control de nuestro planeta. El impacto popular de la novela aumentó exponencialmente tras la que lió Orson Welles en 1938 con su falso programa de radio en el que alertaba de la invasión a una Norteamérica que se apresuró, completamente crédula, al almacenaje de víveres.
Jeff Wayne también apuntó muy alto a la hora de dar un cariz cinematográfico a esta obra, contando entre los recitadores-actores del texto original con el mismísimo Richard Burton, además de un ramillete de figuras de primera línea, tanto para interpretar como para cantar: Justin Hayward, cantante de The Moody Blues; David Essex, actor especializado en musicales; Phil Lynnot, componente del grupo Thin Lizzy; Julie Covington, actriz y cantante famosa por su versión de Don't Cry for Me Argentina; y Chris Thompson, guitarrista de la banda de Manfred Mann. Se dice que Roger Waters echó una mano en los arreglos. El resultado: número 1 en 11 países, 290 semanas de permanencia en listas, millones y millones de ejemplares vendidos y unas cuantas reediciones, la última coincidiendo con el estreno de la película homónima de Steven Spielberg (curioso resulta saber que Spielberg, Alfred Hitchcock y George Lucas formaron parte de un jurado que, años atrás, eligió este álbum como la mejor grabación musical jamás realizada en el campo de la ciencia-ficción).
Richard Burton grabando sus textos.
Jeff Wayne's Musical Version of The War of the Worlds dio incluso para varias versiones en otros idiomas diferentes al inglés, por ejemplo una en español latino con Anthony Quinn como el narrador, y otra en castellano con Teófilo Martínez (conocido doblador, por ejemplo, de David el gnomo). También hubo un disco-resumen con los mejores momentos de la obra original, un par de videojuegos y, para celebrar el 30 aniversario, se ha realizado una gira con un montaje colosal implicando a la mayoría de los artistas originales.
Portada del disco con los "mejores momentos".
Lo que nos interesa ahora es diseccionar el álbum. El primer disco se titula genéricamente "La llegada de los marcianos". Comenzando por su primer tema, diremos que The Eve of the War ("La víspera de la guerra") es el tema más conocido del álbum, que su ritmo es endiablado, y que describe el escepticismo con el que se recibe en la Tierra la noticia de las extrañas excrecencias que se han producido en Marte, y que parecen dirigirse hacia aquí.
The Eve of the War, en concierto.
El segundo tema, Horsell Common and the Heat Ray ("El rayo de fuego en la plaza Horsell", en español) es uno de los cortes más descriptivos del disco, ya que refleja mágicamente el peligro que emana del cráter del impacto, y los sintetizadores que maneja el propio Wayne reproducen genialmente el sonido de sus rayos desintegradores que reducen a cenizas a los curiosos que se acercan a mirar.
El proyectil llegado a la Tierra, y los curiosos que se acercan...
The Artilleryman and the Fighting Machine ("El artillero y la máquina de guerra") describe el encuentro del protagonista con un joven artillero, el intercambio de impresiones de ambos sobre lo que está sucediendo, y la aparición de las enormes máquinas de guerra de los marcianos, sus trípodes, arrasando la ciudad al grito de "¡Ulla!". Forever Autumn ("Para siempre otoño") es otro de los temas clave del álbum, cantado por Justin Hayward en clave de balada rock, un amargo lamento por los seres queridos que se pierden en la guerra.
Los trípodes atacan a la población.
Thunder Child ("El hijo del trueno") es el tema final del primer disco, toda una arenga al combate por parte de los seres humanos hacia el Hijo del trueno, un barco de guerra que, pese a las esperanzas puestas en él, es literalmente derretido y hundido por los trípodes de otro mundo.
El segundo disco, "La Tierra en poder de los marcianos", comienza con The Red Weed (Part 1) ("La maleza roja"), que se refiere a la maleza roja que los marcianos cultivan sobre los escombros de la civilización humana. Es un tema instrumental muy ambiental y oscuro que sirve como introducción a lo que está por suceder. The Spirit of Man ("El espíritu del hombre") es el tema más teatral del álbum; contiene el encuentro del protagonista con el clérigo Nathaniel, que achaca la invasión a la inapelable cólera divina mientras su esposa intenta convencerle de que el espíritu humano conseguirá sobrevivir.
La maleza roja cubre las ruinas de nuestras ciudades.
The Red Weed (Part 2) es una segunda incursión del protagonista en los paisajes desolados de nuestro planeta, esta vez con algo más de ritmo y épica. El protagonista se reencuentra con el artillero en The Artilleryman Returns, y el segundo expone sus planes de reconquista en Brave New World ("Un mundo nuevo", en la versión española), canción alocada y un tanto vodevilesca en la que el soldado propone reconstruir la civilización humana en enormes galerías subterráneas, avanzando tecnológicamente hasta ponerse a la altura de los invasores.
El mundo subterráneo del artillero.
El protagonista llega a la arrasada capital en Dead London ("Londres desolado"), contemplando que se ha convertido en una ciudad fantasma, y lucha heroicamente cara a cara contra los marcianos, que se le echan encima al ritmo de The Eve of the War.
Los cuervos picotean los restos vencidos de los marcianos.
Es entonces cuando se da cuenta del punto débil de los invasores, que no revelaré. Concluye el álbum con sus dos epílogos, uno con las celebraciones que se llevan a cabo tras la involuntaria victoria humana sobre los marcianos; el otro dejando el final en abierto, con una sonda científica enviada a Marte por la NASA, mucho tiempo después, yendo a encontrarse en el último instante con algo raro que parece sonar como aquellos terribles trípodes...
Despliegue de portada y contraportada: el ataque del Hijo del trueno.
Si tengo que calificar de alguna manera esta obra, diré que es enorme, gigantesca, algo inigualable e inigualado (el propio Jeff Wayne lanzó con los años una fallida versión musical de Espartaco), todo un testimonio de imaginación y fantasía creativa. Debería ser obligatorio hasta en la escuela.
Interesante blog e interesantes las músicas. Te seguiré por aquí si no es molestia. ¡Slaudos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Víctor Hugo, por tu comentario. Bienvenido al blog, espero que sigas con nosotros mucho tiempo.
ResponderEliminarOtro disco que escuché hasta la saciedad de "pequeñín". Me gustó mucho. Era capaz facilmente de "ver" la pelicula. Melodias y estribillos pegadizos y efectos que ayudaban perfectamente a imaginarte todo lo que pasaba. En general me gusta mas la 1ª cara, es mas ritmica, mas viva...la 2ª es mas melancolica e introspectiva (lo que no deja de estar bien) pero...como....menos sorprendente. Tambien en la 1ª cara la historia se desarrolla mas rapidamente, pasan mas cosas, etc... Un disco del que guardo un enorme recuerdo. Eso si...lo dejé de oir. Quizas es el momento de echarle otro "vistazo". Gracias por recordarmelo.
ResponderEliminarDe nada, hombre. Ya que te pones, te informo de que existe una edición de 7 CDs (¡sí, siete!) que incluye una burrada de material extra, como temas a medio terminar, versiones remezcladas, etc. No se si se podrá encontrar en Internet con facilidad, pero se puede escuchar entera en Spotify.
ResponderEliminarPerfecto!. Voy a ello. Gracias
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAARGH! QUE PEDAZO DE DESCUBRIMIENTO MUSICAL! YA TENGO EL JDOWNLOADER BAJANDOLO A 320KBPS
ResponderEliminarGRACIAS SR.CONDE!!!!!!!!!!!!
¡Hombre, Jaime, alias El Conseguidor!
ResponderEliminarMe alegro de verte de vuelta por aquí (un día desapareciste de entre los seguidores y no he tenido noticias tuyas), y de que te haya gustado descubrir este disco. Es una pasada, y precisamente al sonar setentero tiene hasta más carácter y todo.
Saludos!
Aunque es un poco disco (por la época) he de decir que me encanta, sobre todo la edición en vinilo. ¿Has escuchado la versión moderna?
ResponderEliminarHola, José Ramón.
ResponderEliminarSí que la he escuchado, y sin ser un sacrilegio (es más o menos fiel, aunque con algún sonido electrónico más estridente de la cuenta) es francamente innecesaria. Si no la conoces no te preocupes. Podrás vivir sin ella.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMaravillosa obra del señor Jeff Wayne, que tuvo tal éxito que ya no se le recuerda por ninguna otra obra (ni anterior ni posterior). He de reconocer que en "La Guerra de los Mundos" echó toda la carne en el asador, deslumbrando a propios y extraños con esta magna obra, única e irrepetible. La escucha el tirón de ambos discos es un poco indigesta, quizá en uno solo hubiera quedado mejor para os estandares actuales, sin embargo, en esa época se llevaban este tipo de obras grandilocuentes, como las también enormes "Jesucristo Superstar" o "The Wall". Un acierto contar con la cálida voz del actor Richard Burton y el ingeniero de sonido Gary Langan. La variedad de vocalistas también lo enriquece bastante. Un clásico de los 70, de obligada escucha, muy, pero que muy recomendable.
ResponderEliminarEs un disco que me obsesiona mucho y cada año vuelvo a él y lo escucho un par de veces, incluido el disco con las versiones "radiables'.
ResponderEliminarTambién la nueva grabación de 2012 tiene su aquel.
Me ha sorprendido el dato sobre Roger Waters, que como dices es un rumor, pero sorprendente a fin de cuentas.