1. As Hay in the Sun (4:01)
2. Often a Bird (4:00)
3. Wound to Wound (7:33)
4. Out of the Dust (3:04)
5. A Secret Burning (5:47)
6. Hedgehog's Skin (8:15)
7. Pierced Heart (10:08)
8. Not Me (9:10)
Un currante de verdad como es Wim Mertens no se reserva su saquito de cal y lo va mezclando tímidamente con arena. No. Un currante como Wim Mertens echa todo el saco de cal y la arena justa para dar solidez a la mezcla, sin engaños ni trampas, y para la siguiente ocasión ya veremos lo que hacemos. No va granulando cada una de esas ocasiones en que se le enciende una bombilla, musicalmente hablando, para estirar su producción a base de hojarasca. Este hombre funciona al revés del mundo, y lo demuestra con este Jardin Clos (1996), sólido como una roca y en el que, al margen de los favoritos de cada uno, ni uno solo de los temas suena a material de relleno ni a "tengo dos o tres temas buenos, meto otra media hora y ya tengo un nuevo álbum". De eso nada.
Mertens dirigiendo a su "ensemble".
El belga sabe cual es su campo de acción, agrupando las notas musicales sobre el papel como si del juego del Tangram se tratase. Consigue así temas tan insultantemente sencillos y a la vez tan inspirados que parecen haber estado siempre ahí, en nuestros recuerdos, a pesar de que realmente sea la primera vez que los escuchamos. Y no me refiero para nada a que Mertens copie a otra gente, sino a que realiza unas composiciones tan juguetonas y agradables que se nos pegan en seguida y -en más de una ocasión- nos encontramos a nosotros mismos tarareándolas de pronto. Los fundadores del minimalismo como se asombrarían al saber que uno de los maestros de esta disciplina ha conseguido que su música sea pegadiza (¡Minimalismo pegadizo!).
Jardin Clos recibe su título, según explica el colega bloggero Pepe Cantos en su estupendo Solsticio de Invierno, de una expresión alemana y belga del S. XII acuñada por un grupo de mujeres -sexo más que débil por aquel entonces, socialmente hablando- que con este "jardín cerrado" creaban un recinto íntimo imaginario donde expresar sus inquietudes creativas. No se si, además de por la etimología del título, Wim Mertens concibe su obra como algo impregnado de feminidad, pero es notable que la reducida presencia vocal del álbum -que suele reservarse para sus propias intervenciones en falsete- es delegada a Els Van Laethem, una cantante soprano. Sí que estamos hablando de una obra cálida y luminosa, colorista a más no poder. Es uno de los álbumes más accesibles (quizá el que más) de su autor, probablemente demasiado desapercibido en su momento, dada la escasa o nula atención que ponen los medios de comunicación en todo lo que no sea pop.
Una de las fotos más difundidas de Wim Mertens.
Entrando en los temas, aquí cualquiera con un mínimo de buen gusto puede tener hasta tres o cuatro favoritos, empezando por el muy contemporáneo As Hay in the Sun, que casi suena a jazz o algo parecido, con instrumentos (guitarra y vientos, sobre todo) que parecen pronunciar frases humanas. Often a Bird se sostiene en sus poderosos cellos y en repentinos redobles de percusión, con un piano que coquetea sobre los fondos mientras van acoplándose más instrumentos y volviéndose más rica la melodía. Wound to Wound nos recuerda al Michael Nyman de principios de los '80, con un toque muy clásico (¿es un clavicordio lo que suena?) y una complejidad in crescendo. Out of the Dust es una pieza cantada en francés, muy alegre y optimista, y en la misma línea va A secret Burning, con muchas cuerdas y de nuevo un sabor al mejor Nyman. Hedgehog's Skin ("piel de erizo") es mi tema preferido, urgente y muy emotivo, aunque, tras la electrizante y guitarrera Pierced Heart, Mertens se reserva una de las mejores partes para el final: Not Me, en la que dos voces femeninas (una de ellas en español) van contando del 33 al 0 mientras una bonita y sencilla melodía va agrandándose instrumentalmente.
Hedgehog's Skin (en directo)
En fin, que Jardin Clos bien podría ser una perfecta manera de inicarse en la obra de Wim Mertens, en el minimalismo y en las "nuevas músicas" en general. Es agradable de escuchar, divertido y culto al mismo tiempo, y cada vez que se escucha deja el oyente una estupenda sensación de plenitud. Genial.
Espectacular trabajo de Mertens. Todos y cada uno de los temas son una joya en sí misma. Cualquier amante de la música del belga no debe dejar pasar este album. Es de los trabajos más redondos que tiene.
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