domingo, 13 de diciembre de 2009

Vangelis - HEAVEN AND HELL


1. Heaven and Hell (Part One) / So Long Ago, So Clear (21:58)
2. Heaven and Hell (Part Two) (21:16)

El orondo teclista griego Vangelis Papathanassiou, recién llegado al Reino Unido en 1975 y construido su estudio Nemo (como el capitán del Nautilus), se embarcó en un álbum que no solamente supondría un nuevo espaldarazo a su ya meteórica carrera, sino que reuniría felizmente la música espacial que tan de moda estaba con el mundo de la música clásica, contribuyendo a otorgarle una nueva seriedad al género. Esto no significa que Vangelis utilizase aquí secciones de cuerda, pero sí que la propia composición de la obra tiene reminiscencias casi operísticas.

Heaven and Hell se divide en dos largas suites (el éxito de Mike Oldfield debió tener algo que ver) que, tal y como indica el título del disco, se inspiran en los conceptos del cielo y el infierno. Esto hay que entenderlo en un sentido amplio, no necesariamente cristiano, sobre todo porque ambos lugares tienen orígenes en las más antiguas mitologías. Efectivamente, la primera parte suena más como un hipotético Olimpo o Valhalla que como el cielo de los cristianos, si bien esta segunda idea tampoco es incompatible. El cielo de Vangelis parece un lugar lleno de grandiosos titanes, figuras poderosas y hasta terribles, al estilo de los santos que pintó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. La segunda cara del vinilo, la dedicada al infierno, es una oportunidad para que Vangelis cree una música bastante descriptiva, teatral incluso, con murciélagos sintéticos y sonidos de portones enrejados.

Contraportada del vinilo.

Es bueno recordar que los dos temas del álbum aparecen, en algunos lugares, divididos entre varias secciones. Heaven and Hell (Part One) comienza con la llamada Bacchanale, una pieza muy rítmica con grandes coros enloquecidos. Symphony to the Powers B contiene cánticos del mismo estilo, con constantes cambios de ritmo y abundantes percusiones y armonías vocales. Este movimiento concluye con la melodía que utilizaría Carl Sagan como cabecera de su serie Cosmos, y que también contiene el germen del que sería tema central de Chariots of Fire. Se cierra la cara A con el temazo So Long Ago, So Clear, espectacular interpretación de Jon Anderson (cantante de Yes) sobre los fondos más indescriptibles de los que es capaz el griego.

Heaven and Hell (Part Two) comienza, como ya dijimos, con rechinar de rejas y murciélagos en una caverna en la parte conocida como Intestinal Bat, a la que sigue Needles and Bones, con rítmicas percusiones que parecen realizadas con huesos de esqueletos. 12 O'Clock es de lo mejor del disco, un amargo cántico por parte de una voz femenina -seguramente un alma condenada- en mitad de un espacio que se nos antoja inmenso, y repleto de lejanos lamentos de dolor y sufrimiento. Termina esta melancolía con Aries, una especie de fanfarria o marcha triunfal que, por su nombre, podría referirse a la entrada en escena del macho cabrío, el rey del inframundo. Un rayo de luz celestial, A Way ("un camino"), ilumina el final de esta cara B para dejarnos con un sabor de boca optimista.

Vangelis en los estudios Nemo.

Heaven and Hell fue presentado en directo en el Royal Albert Hall de Londres, con colaboradores como David Bedford. La cosa es que Vangelis nunca ha sido muy dado a tocar en directo, y no sabemos qué tal le fue la experiencia. Disfrutemos nosotros del disco en nuestras casas, siempre entendiéndolo como obra bastante narrativa, con la libertad que da el ver las posibles imágenes en nuestra propia mente. Descubriremos que una música así nunca nos hace pensar en los fulanos y menganos que la están interpretando (como pasa bastante con el pop-rock), sino en otras muchas cosas interesantes. En esta página amiga, mucho, pero que mucho más...

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