Chapter One:
1. La Strega (Her Journey to the Grand Ball) (1:01)
2. The Grand Ball of the Duljas (1:46)
3. Morning at Boma Park (3:17)
4. The Five Curtains (1:48)
5. Book of Roses (3:21)
6. In Doga Gamee (4:45)
7. Passage to Promise (2:28)
Chapter Two
8. In the Woods of Kroandal (3:13)
9. Jugglers in Obsidian (3:24)
Chapter Three
10. Chanson de l'Heure Bleue (1:34)
11. Czippa and the Ursanian Girl (3:11)
12. The Birds of Tilmun (2:14)
13. Hirzel (5:11)
Chapter Four
14. Jours d'Amour (3:57)
15. Manto's Arrow and the Sphinx (2:26)
16. Letters to a Young Rose (5:17)
El músico suizo Andreas Vollenweider, intérprete de un arpa modificada electrónicamente, es autor de este Book of Roses (1992), calificado por el crítico de Amazon como el Tubular Bells de los 90. La comparación, por supuesto, es muy exagerada, ya que el disco es bastante desconocido fuera de los círculos de aficionados a la New Age. Por los títulos de los temas, sospecho que quizá se inspire en un libro real, algo quizá en plan El señor de los anillos, aunque no lo tengo claro. Utilizad los comentarios si sabéis algo sobre este "Libro de las rosas".
El álbum está concebido como un libro, con diferentes capítulos que exponen una tremenda variedad de tonos y estilos. Es una obra muy rica y colorista, si bien la cosa se va volviendo algo más monótona según avanza un tema tras otro y el arpa de Andreas va tomando protagonismo, con ritmos más o menos predecibles y melodías no especialmente apasionantes. No es que suene mal, ni mucho menos, pero en un trabajo tan prometedor (el primer tema, La Strega, pone los dientes largos) es una pena que la experimentación no se lleve a sus últimas consecuencias. Le falta algo, aunque tampoco es que le salga al autor el tiro por la culata. Colaboran con Vollenweider los Ladysmith Black Mambazo, emblemático grupo surafricano.
Este disco hará las delicias, con mucho, de los aficionados a la New Age... digamos más conformistas, aunque sabrá a poco a quienes se internan en las nuevas músicas por lo que tienen de sorprendente. Tampoco ofenderá a nadie, por supuesto.
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