domingo, 13 de agosto de 2023

John Williams - INDIANA JONES AND THE DIAL OF DESTINY


1. Prologue to Indiana Jones and the Dial of Destiny (6:00)
2. Helena's Theme (3:30)
3. Germany, 1944 (4:42)
4. To Morocco (3:21)
5. Voller's Return (3:06)
6. Auction at Hotel L'Atlantique (2:58)
7. Tuk Tuk in Tangiers (3:35)
8. To Athens (2:17)
9. Perils of the Deep (2:31)
10. Water Ballet (4:53)
11. Polybius Cypher (2:39)
12. The Grafikos (4:39)
13. Archimedes' Tomb (3:01)
14. The Airport (4:46)
15. Battle of Siracuse (2:50)
16. Centuries Join Hands (3:02)
17. New York, 1969 (4:17)
18. Helena's Theme (for Violin and Orchestra) (4:59)

Con la nueva película de Indiana Jones, John Williams se ha convertido momentáneamente en Jerry Goldsmith. Esto no significa que haya cambiado el estilo que lo caracteriza, ni estoy hablando de una bajada de nivel creativo desde la cúspide a un nivel más bajo del pedestal olímpico de las bandas sonoras (en este caso los fans de Goldsmith se me echarían al cuello, y con razón). No voy por ese camino. Me refiero a que, como tantas veces le sucedió al maestro Goldsmith, la música de Williams es de lo poco que podemos defender en una película para olvidar.

En efecto, comprobamos que el nombre de John Williams siempre aparece destacado en las críticas de Indiana Jones y el dial del destino, y siempre para bien, ante la ausencia de Steven Spielberg, George Lucas y otros creativos que, incluso en la que se pensaba que iba a ser recordada como su peor entrega (Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, 2008), dieron algo de encanto a la película o al menos la dejaron en situación de ser reevaluada más positivamente con los años. Sobre esta quinta, entiendo que a algo hay que agarrarse cuando se opta por tratar a un Indy anciano como si fuese una momia quebradiza cuyo rol es mayormente pasivo, sin capacidad de acción ni de decisión; cuando las escenas de acción son aburridas y repetitivas; cuando se intenta con obvia torpeza sustituir a un icono universal del cine por un topicazo millennial viviente salido de ninguna parte, que lo sabe todo y que lo hace todo mejor que él; en definitiva, cuando se arrastran los despojos de Indiana Jones por el fango con la sola intención de seguir mercadeando con futuribles subproductos derivados para estrenar en Disney+. Nos queda poco a lo que agarrarnos, y ahí está John Williams.

John Williams

Al parecer, el director James Mangold pensaba encargarle a Williams un tema nuevo, como ocurrió con la película de Han Solo o la serie de Obi-Wan Kenobi, pero el compositor se vino arriba y compuso la BSO completa por iniciativa propia. 67 minutos y pico en el álbum oficial. Y tanto le gustó entrar en faena de nuevo que, según unas declaraciones suyas, decidió olvidar su plan de jubilarse. Eso sí, anunció que éste sería su último trabajo para Indiana Jones del mismo modo que ya cerró su participación en Star Wars.

Siguiendo con la referencia a Goldsmith, la BSO de Indiana Jones y el dial del destino, escuchada por separado, parece corresponder a una película mejor y más divertida que la que unos cuantos (no muchos) hemos visto en el cine. Es cierto que el mayor defecto de la música de Williams radica en que muchas de sus piezas incidentales tienen poca razón de ser si no acompañan a las imágenes, y la partitura que nos ocupa no es una excepción. Lo que esta vez llama la atención es cómo se las ha podido ingeniar este buen hombre para componer música incidental trepidante cuando muchas escenas de aventuras son apenas dignas de una "escape room". Como mucho, se puede admitir que la aventurilla inicial y la persecución en Marruecos sí están más o menos a la altura de los temas correspondientes, Germany, 1944Tuk Tuk in Tangiers. En el resto de la película, casi se imagina uno a Williams haciendo palanca con la batuta para levantar la cosa, para que parezca que un pobre acertijo de sobremesa tipo Dan Brown se asemeje a la escena de las vagonetas de El templo maldito. Y el montaje de sonido no ayuda, ya que algunas de las mejores piezas musicales apenas se escuchan.

Helena's Theme, con Ann-Sophie Mutter.

Inevitablemente, el tema principal de la película corresponde a la ahijada postiza de Indy, Helena Shaw. Williams compone para ella un tema sensual, como de mujer fatal, con alguna influencia del que creó para la villana soviética de La calavera de cristal pero con un matiz irónico, enfatizando el carácter impredecible y la moral cambiante de Helena. Contrasta este enfoque glamuroso, como de otra época, con la evidencia de que Helena Shaw es un pobre arquetipo coyuntural. El propio James Mangold le dijo a Williams que un tema así era quizá excesivo para ella, pero el musico no rectificó. Aparte de como leitmotif ocasional (magnífico en To Athens), Helena's Theme aparece en el álbum en dos versiones de concierto: una para orquesta en la segunda pista, justo después del Prologue, y otra al final del disco, en la que se añade el violín solista de la insigne Anne-Sophie Mutter. John Williams y Mutter habían colaborado anteriormente en un álbum a dúo (Across the Stars, 2019) y en varias grabaciones en vivo, incluyendo la premiere del Concierto para violín Nº 2 de Williams y el debut de éste con la Filarmónica de Viena.

Versión en single (digital) del tema central de la película.

Además de un discreto tema inquietante para el villano Voller y otro con un toque griego para la trama de Arquímedes, muchos temas recurrentes de El dial del destino son originales de películas previas (sobre todo de la primera) exquisitamente adaptados y orquestados con la ayuda de William Ross. Hay alguna melodía antigua correspondiente a nazis en Germany, 1944 y se recurre en un par de ocasiones al tema de Marion de En busca del arca perdida. Por supuesto, también escuchamos aquí y allá The Raiders March, destacando su interpretación ligeramente ralentizada en el tema de los créditos finales, New York, 1969. Da la impresión de que Williams ha querido darle un toque solemne a esta "última" interpretación de tan emblemático tema, por aquello de ser la despedida del personaje, pero una vez más queda en evidencia la pobreza de un guión que ni siquiera en su final, que se suponía épico y sorprendente, consigue ser poco más que una golosina romántica para nostálgicos.

New York, 1969

La quinta partitura de John Williams para Indiana Jones, dirigida por él mismo y William Ross al frente de la San Francisco Symphony, es muy buena. Otro pequeño milagro de un músico que con más de 90 años no tendría por qué estar a este nivel, aunque es cierto que esta BSO no es tan prolija en temas nuevos como las anteriores y esto la convierte en relativamente "prescindible" en comparación, salvo que seas seguidor de Williams y necesites tenerla en tu colección. No nos lo han puesto fácil en el emporio Disney, ya que se debería haber publicado con normalidad en CD, pero sólo se fabricó una tirada limitada que se agotó hace semanas, en preventa exclusiva en su web. Ahora hay tres opciones: conseguir la edición digital y esperar a que se edite una nueva tanda de CDs en el futuro, comprar en preventa el doble vinilo que sale en octubre y cuesta unos 42 euros mas envío y aranceles desde EEUU, o irse a EBay para que los de siempre te la ofrezcan sin desprecintar (la compraron solo para especular) a 200 euros como mínimo. 

En todos los sentidos, está claro que Disney/Lucasfilm no está por la labor de complacer a su público, ni siquiera cuando sonreímos con la tarjeta de crédito en la mano. Si no fuese por lo bien que me cae Harrison Ford y por todo lo dicho sobre este gran trabajo de John Williams, estaría feliz fingiendo que esta película nunca ha existido.