1. To France (4:37)
2. Poison Arrows (3:57)
3. Crystal Gazing (3:02)
4. Tricks of the Light (3:52)
5. Discovery (4:35)
6. Talk About Your Life (4:24)
7. Saved by a Bell (4:39)
8. The Lake (12:10)
El proximo viernes se publica la reedición en formato "deluxe" del famoso álbum de Mike Oldfield de 1984, Discovery. Siendo el músico uno de los predilectos del blog, he decidido dedicarle un comentario al trabajo, pese a que no lo incluí en el pequeño widget de la derecha que informa sobre próximas entradas. Mucho se ha quejado el multiinstrumentista de cómo la compañía Virgin Records le presionaba para componer temas cantados radiables, pero, tal como intenté argumentar en una entrada hace tiempo, dudo mucho que crear obras tan hermosas como ésta supusiese un sufrimiento. No voy a dejar a Oldfield por mentiroso, pero sí que es evidente en él una enorme inestabilidad emocional que le ha conducido a distintos ejercicios de revisionismo sobre su propia vida y obra, calificando cualquier cosa de basura y luego de obra maestra, o al revés, según tenga el día. De Discovery llegó a decir que era su mejor disco, y aunque está claro que exageraba por razones promocionales, hay mucho amor y dedicación puestos en él.
Imágenes del interior del libreto del CD.
Estamos a mediados de los ochenta, y Oldfield, que va dejando atrás su época de mayor originalidad (los años setenta), se adapta a los tiempos con nuevos trabajos que, si bien mantienen su popularidad y sus ventas muy altas, dejan a los fans un poco pendientes de qué pasará, hibernando a la espera de nuevos instrumentales épicos. La irrupción de nuevas vertientes en el pop mundial debieron impulsar al músico a tontear con canciones propiamente dichas, tímidamente con aquel I Got Rhythm de Platinum (1979), y con mucho más calado en el álbum Five Miles Out (1982), con Family Man. La explosión pop de Oldfield llega con el álbum Crises (1983), cuya segunda mitad, salvo por una pequeña miniatura aflamencada, es una pequeña colección de canciones muy variadas y llamativas. Destaca entre todas la sempiterna Moonlight Shadow, que sigue siendo el tema más popular del británico junto a Tubular Bells, pese a que alguien poco informado jamás supondría que son obra del mismo autor.
Contraportada del vinilo.
Pues bien, el álbum Discovery está planteado como una potente secuela de la vocación pop de Crises, ambiciosa por dejar el instrumental -mucho más breve- al final, y llenar cara y media del LP con canciones vocales. El sonido de éstas es muy depurado, meritorio a más no poder si valoramos la faceta de Oldfield como ratón de laboratorio musical (le ayudó en la producción Simon Phillips, también batería), aunque está claro que, escuchadas hoy en día, algunas de las canciones suenan muy de su momento. La cantante Maggie Reilly se consagra aquí como una de las voces femeninas más características del pop ochentero, revalidando el éxito de Moonlight Shadow con la excelente To France, que abre el disco. Fue un pepinazo en la radio y sigue sonando con frecuencia en la actualidad.
Se alterna o complementa Reilly con la voz masculina de Barry Palmer en una serie de temas que se enlazan muy elegantemente, con unos arreglos cada vez más elaborados y una atmósfera medio cósmica (se utilizó abundantemente un sintetizador Fairlight en la composición), medio folk-rock. No soy muy admirador de la ingenua Tricks of the Light ni de la para mí un pelín seca Discovery, pero sólo puedo caer rendido ante la belleza de Poison Arrows, Crystal Gazing y, sobre todo, Talk About Your Life, que reinventa inteligentemente la dulce melodía de To France. Hay quien se queja de que Saved by a Bell es ñoña, y de que a Barry Palmer le falta fuelle en algún punto de la melodía, pero me gusta su toque soñador.
Hacia The Lake, y a sabiendas de que es uno de los cortes instrumentales más admirados por los seguidores de Oldfield en su etapa ochentera, tengo sentimientos encontrados. La pieza está inspirada por el lago Lemán, o Ginebra, en Suiza, cerca del cual se grabó Discovery. Como dice una frase impresa en la contraportada del disco, todo él fue "grabado en los Alpes suizos, a 2000 metros de altitud, con vistas al lago Ginebra en días soleados". Es un tema bonito, digno del mejor Mike Oldfield (recuerda por momentos al tema Taurus II de Five Miles Out, más que al precedente inmediato Crises), pero hay tramos que me dejan un poco frío pese a ser en general una composición briosa e imaginativa (suena incluso la sintonía de la 20th Century Fox y -creo- el rugido del león de la Metro) y, como el conjunto del álbum, exquisitamente bien producida. Algunos fragmentos se me hacen un poco simples, aunque es cierto que otros son muy profundos y expresivos. Hay grandísmos fragmentos de guitarra.
Creo que mi problema es que suelo escuchar los álbumes de Oldfield de principio a fin, y para cuando llego a The Lake ya tengo la sensación de haber disfrutado de una experiencia completa con las canciones anteriores (recordemos que la penúltima recupera melodías de la primera, cerrando una especie de círculo conceptual), con lo que estoy... digamos que saciado. El postre, por muy bueno que sea, se me hace largo. Tal vez la cuestión esté en que el mismo Mike considera, de algún modo, que el instrumental es una obra separada, independiente de lo que segundos antes ha sido el álbum Discovery, y de ahí el título secundario del LP, Discovery and The Lake.
No sobra mencionar que los singles de Discovery incluyeron algunos temas reseñables que después han aparecido en recopilatorios, y que están en la novísima reedición del álbum. Hablamos de Afghan, In the Pool y Bones, las dos primeras muy bonitas, la tercera un interesante experimento. Por cierto, Afghan ha sido reelaborada y ampliada bajo el título The Royal Mile para la "deluxe".
Discovery dio origen a una gira europea de presentación, muy arquetípica del sonido en directo de Mike y lo que era su banda más o menos estable de los ochenta. La nueva edición no contiene el clásico concierto de la gira en el segundo CD, sino la extraña Suite 1984 que pretende hermanar musicalmente el álbum que nos ocupa con la banda sonora de Los gritos del silencio (The Killing Fields), creada poco más o menos en paralelo y que, más allá de la proximidad de las fechas, no tiene nada que ver ni con Discovery ni con The Lake. Otra vez Mike Oldfield, el revisionista de sí mismo, haciendo de las suyas.
El vídeo "oficioso" de To France.
El original, con la banda tocando en un tejado en llamas durante una inundación (?) es cada vez más difícil de encontrar.
Se alterna o complementa Reilly con la voz masculina de Barry Palmer en una serie de temas que se enlazan muy elegantemente, con unos arreglos cada vez más elaborados y una atmósfera medio cósmica (se utilizó abundantemente un sintetizador Fairlight en la composición), medio folk-rock. No soy muy admirador de la ingenua Tricks of the Light ni de la para mí un pelín seca Discovery, pero sólo puedo caer rendido ante la belleza de Poison Arrows, Crystal Gazing y, sobre todo, Talk About Your Life, que reinventa inteligentemente la dulce melodía de To France. Hay quien se queja de que Saved by a Bell es ñoña, y de que a Barry Palmer le falta fuelle en algún punto de la melodía, pero me gusta su toque soñador.
Poison Arrows
Hacia The Lake, y a sabiendas de que es uno de los cortes instrumentales más admirados por los seguidores de Oldfield en su etapa ochentera, tengo sentimientos encontrados. La pieza está inspirada por el lago Lemán, o Ginebra, en Suiza, cerca del cual se grabó Discovery. Como dice una frase impresa en la contraportada del disco, todo él fue "grabado en los Alpes suizos, a 2000 metros de altitud, con vistas al lago Ginebra en días soleados". Es un tema bonito, digno del mejor Mike Oldfield (recuerda por momentos al tema Taurus II de Five Miles Out, más que al precedente inmediato Crises), pero hay tramos que me dejan un poco frío pese a ser en general una composición briosa e imaginativa (suena incluso la sintonía de la 20th Century Fox y -creo- el rugido del león de la Metro) y, como el conjunto del álbum, exquisitamente bien producida. Algunos fragmentos se me hacen un poco simples, aunque es cierto que otros son muy profundos y expresivos. Hay grandísmos fragmentos de guitarra.
The Lake, en vivo en San Sebastián.
Creo que mi problema es que suelo escuchar los álbumes de Oldfield de principio a fin, y para cuando llego a The Lake ya tengo la sensación de haber disfrutado de una experiencia completa con las canciones anteriores (recordemos que la penúltima recupera melodías de la primera, cerrando una especie de círculo conceptual), con lo que estoy... digamos que saciado. El postre, por muy bueno que sea, se me hace largo. Tal vez la cuestión esté en que el mismo Mike considera, de algún modo, que el instrumental es una obra separada, independiente de lo que segundos antes ha sido el álbum Discovery, y de ahí el título secundario del LP, Discovery and The Lake.
No sobra mencionar que los singles de Discovery incluyeron algunos temas reseñables que después han aparecido en recopilatorios, y que están en la novísima reedición del álbum. Hablamos de Afghan, In the Pool y Bones, las dos primeras muy bonitas, la tercera un interesante experimento. Por cierto, Afghan ha sido reelaborada y ampliada bajo el título The Royal Mile para la "deluxe".
Los singles de Discovery.
Discovery dio origen a una gira europea de presentación, muy arquetípica del sonido en directo de Mike y lo que era su banda más o menos estable de los ochenta. La nueva edición no contiene el clásico concierto de la gira en el segundo CD, sino la extraña Suite 1984 que pretende hermanar musicalmente el álbum que nos ocupa con la banda sonora de Los gritos del silencio (The Killing Fields), creada poco más o menos en paralelo y que, más allá de la proximidad de las fechas, no tiene nada que ver ni con Discovery ni con The Lake. Otra vez Mike Oldfield, el revisionista de sí mismo, haciendo de las suyas.