viernes, 27 de diciembre de 2019

John Williams - STAR WARS: THE RISE OF SKYWALKER


1. Fanfare and Prologue (4:34)
2. Journey to Exegol (2:49)
3. The Rise of Skywalker (4:18)
4. The Old Death Star (3:16)
5. The Speeder Chase (3:21)
6. Destiny of a Jedi (5:12)
7. Anthem of Evil (3:23)
8. Fleeing from Kijimi (2:51)
9. We Go Together (3:17)
10. Join Me (3:42)
11. They Will Come (2:50)
12. The Final Saber Duel (3:57)
13. Battle of the Resistance (2:51)
14. Approaching the Throne (4:16)
15. The Force Is with You (3:59)
16. Farewell (5:14)
17. Reunion (4:05)
18. A New Home (1:47)
19. Finale (10:51)

Con El ascenso de Skywalker concluye, esta vez sí, la mastodóntica obra magna del gran maestro de la música de cine, John Williams. Más de cuarenta años han pasado desde que Spielberg recomendó a Lucas que contratase al músico tras el éxito de Tiburón (1975). Williams, un músico hasta entonces de moda gracias a sus trabajos para películas de catástrofes, se convertía en paradigma musical del nuevo cine comercial de Hollywood. En el caso concreto de Star Wars (1977), sorprende que el compositor no se tomase demasiado en serio aquella película juvenil "de sábado por la tarde" y, por otra parte, crease una de las pocas bandas sonoras que hoy forman parte del repertorio clásico estándar. No se cuestionó su regreso para concluir la trilogía original (1977, 1980, 1983) y tampoco para las precuelas (1999, 2002, 2005), aunque sí hubo algunas dudas sobre su continuidad tras la jubilación de George Lucas, la venta de Lucasfilm y el fichaje de J. J. Abrams, que ya tenía compositor fetiche (Michael Giacchino), como director del Episodio VII.

John Williams (de Jedi News)

Por fortuna, Abrams es más papista que el papa y en seguida llamó al veterano compositor para El despertar de la Fuerza (2017). Por extensión, Rian Johnson también contó con él en Los últimos Jedi (2017), y es que, por rupturista que fuese su propuesta, la salida de Williams habría sido tan significativa como la del propio Lucas. Anunció entonces Williams que, con 87 años, volvería a la lejana galaxia por última vez en el Episodio IX, el último de la saga numerada hasta que dentro de 15 o 20 años alguien tenga una previsible ocurrencia.

La trilogía de secuelas, muy resumidamente, puede definirse como una nueva historia que es consecuencia directa de los sucesos de la trilogía original, una mezcla de poderío visual y homenaje constante a los viejos temas y situaciones que busca adrede la nostalgia. Si ya ardió Troya con el poco tino que tuvo Lucas al plantear muchos aspectos de los episodios I, II y III, con la nueva tanda de películas hemos podido descubrir hasta qué punto ha arraigado Star Wars en la cultura de masas y también hasta dónde puede influir la eterna lucha entre los Sith y los Jedi los haters y los fans incondicionales sobre el desarrollo de la propia franquicia. ¿Arriesgarse e innovar con temáticas más complejas y actualmente relevantes? ¿Satisfacer a toda costa a los fans? El ascenso de Skywalker, pese a ser para mi gusto una maravillosa película y una conclusión brillante para la saga, se encuentra para los críticos en una tierra de nadie: hay que castigarla por su conservadurismo y hay que perdonarla in extremis por su amor a los fans. Vuelve a ponerse de moda hablar con cinismo de Star Wars en redes sociales, y los youtubers aumentan sus visitas gracias a hipérboles sobre su infancia destruida.

Cartel de la película.

Afortunadamente, John Williams y su BSO vuelven a salir indemnes del cinismo imperante. La música de El despertar de la Fuerza brilló por su tono equilibrado y su abundante material nuevo, como los temas de Rey, Kylo Ren y la Resistencia. Los últimos Jedi contó con menos novedades (The Rebellion Is Reborn), pero con una mayor complejidad y riqueza en las composiciones que convertían incluso temas incidentales en piezas dignas de una sala de conciertos. Y El ascenso de Skywalker es una mezcla de ambas cosas: hay abundante material melódico nuevo y las piezas son ricas y sorprendentes. Pero lo que hace única a esta última partitura es su intensidad dramática y su potencia emocional, logrados gracias a numerosos pasajes muy muy épicos y a otros que desprenden una profunda melancolía. Williams incluye en el CD oficial dos piezas para concierto que van directas a formar parte del canon musical de la saga: The Rise of Skywalker, que es un adagio optimista muy luminoso, y Anthem of Evil ("Himno del mal"), traslación musical aterradora, abismal, del lado oscuro de la Fuerza. El trabajo que hacen los infaltables William Ross con las orquestaciones y Shawn Murphy con las mezclas es estupendo, como siempre.

The Rise of skywalker

Anthem of Evil

Reaparecen muchos de los temas que todos conocemos (el de Rey, el de Leia, el de la Resistencia, etc.) siempre bien integrados en piezas en las que ocurren infinidad de cosas, musicalmente hablando, y a veces con grandes variaciones de tono según la escena. El tema de la Fuerza suena en varias ocasiones, con todo su fraseado además, pero en un par de momentos se opta por el tema de Yoda -aunque el personaje no esté en pantalla- como expresión de luz y bondad absolutas. La utilización de la pieza de El Imperio contraataca en la que Yoda saca el X-wing de Luke del cenagal adquiere aquí un significado muy emocionante. Arrollador.

Destiny of a Jedi

Como también se diría que el responsable del montaje ha subido un poquito el volumen de la banda sonora respecto a otras películas, disfrutamos muchísimo de algún pasaje en concreto que resulta arrollador, como el que emplea varios tambores y timbales cada vez que aparecen los caballeros de Ren, o piezas completas de acción que son un pepino nuclear, tipo Fleeing from Kijimi, Battle of the Resistance o (sobre todo) The Speeder Chase. Pero el recurso musical más destacable de esta BSO, precisamente porque Williams lo ha utilizado muy poco tanto en la trilogía original como en la ahora concluida, es el de los coros.

The Speeder Chase

En tiempos remotos, los escuchamos únicamente en algún punto muy concreto, como la lucha final entre Luke Skywalker, Darth Vader y el Emperador de El retorno del Jedi, y por eso es más que coherente, no quiero hacer spoilers, que aquí escuchemos las cien voces de Los Angeles Master Chorale en varios cortes "ominosos" como el mencionado Anthem of Evil o Approaching the Throne, entre otros. Ni que decir tiene que el tema del Emperador reaparece con intensidad. Seguramente alguien esperaba una reutilización de piezas corales épicas de las precuelas como Duel of the Fates o Battle of the Heroes, pero aquí se incumple una de las predicciones que varias fuentes apuntaban, quedando fuera tanto de la película como del álbum oficial cualquier referencia popularmente reconocible a los episodios I, II y III. También es cierto que Williams ha escrito -y quién sabe si grabado- más de tres horas de música que quizá vean la luz algún día y en las que puede haber de todo.

Reunion

Tras el tema Reunion, que es ya de por sí un popurrí con piezas optimistas de la saga, y A New Home, que acompaña al epílogo protagonizado por Rey, la partitura concluye obviamente con el imprescindible tema de los créditos finales, en el que el "medley" incluye tanto piezas de la nueva película como desarrollos a plena potencia de The Imperial March (que ya hemos escuchado en el corte The Old Death Star), del tema de Rey (que para mí es el mejor tema "de personaje" de toda la saga junto al de Yoda), y la fanfarria inicial, interpretada tal cual para dar esa necesaria y agradecida sensación de conclusión que cierra el círculo. La película utiliza una variación de la famosa fanfarria en un momento especialmente grandioso de la batalla final, pero la pieza del álbum prescinde de este fragmento, casi seguro un añadido de la sala de montaje. Habrá que escuchar alguna de las versiones expandidas del álbum que pronto colgarán muchos fans para ver si se incluye esta pieza "corregida", ya que con los años se revalorizará.

Finale

¿Qué más se puede decir? Que John Williams mantiene los estándares altísimos, todavía por encima de cualquier otra figura de su gremio; que el álbum -como viene siendo tradición en la saga- se sostiene por sí solo como experiencia musical completa, coherente y gratificante; y que, pese a que vamos a echar de menos este sonido tan característico sinfónico y romántico de Star Wars, podemos estar contentos de que sea su autor original quien ha completado el trabajo iniciado hace cuatro décadas de manera impecable. Es un privilegio haber disfrutado de esta colosal, deslumbrante obra musical a lo largo de nuestras vidas y ser contemporáneos de alguien destinado a ser una leyenda de la música de todos los tiempos.

2 comentarios:

José Luis dijo...

Excelente Williams, como no podía ser menos. Estaba esperando esta entrada, gracias Conde.

Frank Jones dijo...

Tú lo has dicho Conde... MARAVILLOSA película, y emocionante crítica de su BSO.
Totalmente de acuerdo contigo, hemos tenido mucha suerte de ser contemporáneos del maestro. En 2 semanas volaré a Viena a verle -espero que no por ultima vez- en un concierto especial que ya se canceló el año pasado. Que La Fuerza sea con nosotros, fenomenal entrada.

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