viernes, 17 de mayo de 2013

Javi Canovas - DESERT DAWN


1. Atlas (7:52)
2. River Luccus (7:34)
3. Thar (14:10)
4. Blue Desert (5:28)
5. Fez (5:53)
6. Nouadhibou (12:47)

Este título tan exótico estaba en mis archivos -informáticos- desde hace unos meses, y no porque me interesara poco o porque no me decidiese a comentarlo. Más bien creo que he necesitado este tiempo para encontrarme con la actitud adecuada para valorarlo con justicia. Se trata del último álbum del músico canario Javi Cánovas, poseedor de una discografía bastante extensa dentro del siempre reconfortante campo de la música electrónica "clásica".

¿Reconfortante? Me refiero a que, si tenemos en cuenta que el concepto actual de música electrónica está relacionado con los DJs y las macrofiestas, el que haya compositores desarrollando su carrera en la "electronic music" tal como se entendía hace años, es algo loable. Por supuesto, algunos de los grandes pioneros de la electrónica de vanguardia en sus inicios, como Edgar Froese o Klaus Schulze, siguen en activo... pero se puede decir que están lo suficientemente asentados como artistas como para que su labor actual no sea algo arriesgado por su parte. También sucede que la sombra de estos gurús, como la del ciprés de Miguel Delibes, es alargada. Precisamente por lo fácil que es convertir un lanzamiento electrónico "clásico" actual en un tributo a tiempos mejores, gusta encontrarse con trabajos como este Desert Dawn ("Amanecer en el desierto", 2013), un álbum fresco e inspirado, libre de absurdas pretensiones grandilocuentes y que es fruto del aquí y el ahora.

Diseño para el CD. El apartado gráfico del álbum es de Nick Stevens.

Javier Cánovas Pordomingo (que internacionaliza su nombre artístico eliminando la tilde) realiza con Desert Dawn un ejercicio creativo en el que demuestra que cada músico electrónico, precisamente por el carácter aventurero que hay que tener para dedicarse a este estilo, debe explorar todas las rutas por sí mismo. Un buen músico electrónico de vanguardia, en definitiva (y así lo demuestran los hechos), tiene que comenzar poco menos que desde cero para aportar algo novedoso a su oficio. No es que Cánovas dé muestras de ser un novato en este disco, pero sí que podemos intuir en él una sana mezcla de placer compositivo y necesidad juvenil de experimentación. El músico se confiesa seguidor de las propuestas de la llamada Escuela de Berlín, y -efectivamente- descubrimos en sus composiciones un cierto carácter progresivo, más basado en la sutil combinación de texturas que en la mera combinación de melodías y ritmos.

Imagen de contraportada. En ella, Javi Cánovas dedica el álbum a la memoria de sus padres.

Desert Dawn es una plácida inmersión en paisajes exóticos que recuerdan al mundo árabe o Asia central, los oasis, las caravanas beduinas que atraviesan el desierto... Javi Cánovas combina ciertos clichés musicales recurrentes (instrumentación de cuerda orientalizante, percusiones tribales) con un sutil uso de las bases rítmicas, de modo que construye lo que podríamos llamar una "novela pulp musical" que se construye mucho más a base de lo que los oyentes de a pie relacionamos con los ambientes arábicos que sobre el auténtico folk local. No sé si el enfoque ha sido intencionado, pero en cualquier caso funciona bastante bien.

El álbum es quizá un poco mejor a la hora de crear delicados ambientes que cuando intenta ofrecer pasajes potentes a modo de danzas tradicionales. No abusa de la superposición de capas de sonido envolventes ni lima demasiado las asperezas del sintetizador en la producción, de modo que todo suena muy directo, muy "recién hecho". Si tuviésemos que apuntar algunas referencias con que compararlo, aunque sea vagamente, se podría decir que posee la limpieza y sencillez estructural de los Tangerine Dream ochenteros con la fascinación ambiental nada aburrida de Steve Roach. Salvo por la presencia de un par de temas largos con desarrollos relativamente complejos, como son Thar y Nouadhibou, los temas de Desert Dawn tienen poca relación con las oscuras épicas extraterrestres de los berlineses setenteros. Son más sencillos y más accesibles.

Despliegue del diseño de portada.

Quizá podría decirse que Javi Cánovas ofrece aquí un elegante matrimonio entre electrónica "clásica" y World Music, si bien, repito, la cosa me parece más una imaginativa evocación que una derivación estricta de lo electrónico hacia lo étnico.

Buen disco, y otro músico español al que seguir de cerca. Pueden escucharse extractos de Desert Dawn pinchando aquí.

1 comentario:

Ramon dijo...

Evidentemente no conocia a este musico, he ido al enlace que ponias y me ha sorprendido muy agradablemente. Lastima que los trozos son muy poquitos y cortos. Pero esa mezcla de oriental, tribal, electronica...esta muy guapa. Como bien dices, es un nuevo musico a seguir. Se agradece musica fresca en estos tiempos...Me gusta, me gusta...

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